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lunes, 9 de abril de 2012

Titanic, quince años después

Leo y Kate antes y ahora


Parece mentira que ya pasó tanto tiempo desde que gritar “I´m the king of the world!” a los cuatro vientos subido en cualquier tipo de embarcación era el pan nuestro de cada día y la idea de sufrir una catástrofe a lado de la persona que amas era el epítome del romanticismo. 

Quince años se dicen fácil, pero si te pones a pensar que en aquel entonces los protagonistas de 'Titanic' apenas estaban entrando en sus veintes, ahí es cuando uno se da cuenta que las cosas han cambiado mucho y que el tiempo sí que pasa rápido.

Aunque la gente ya superó el fanatismo por recrear escenas de la cinta y la canción de Céline Dion ahora es utilizada como instrumento de tortura en interrogatorios policíacos, algo que se mantiene intacto e inafectado es la amistad entre Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Winslet ha dicho en varias ocasiones que DiCaprio es como su hermano, describiéndolo como “el oloroso y peorro Leo”, y él por su parte ha comparado su relación con la ganadora del Oscar con la de “aquellas parejas viejas de la película `Cuando Harry Conoció a Sally´.

En los 5475 días que han transcurrido desde que la cinta de James Cameron se convirtió en uno de los éxitos taquilleros más grandes de todos los tiempos, juntos han acumulado nueve nominaciones a los premios de la Academia, se han establecido como dos de las estrellas más importantes y admiradas en Hollywood, y han iniciado y terminado unas cuantas relaciones amorosas; pero ante la pregunta “¿qué ha cambiado desde Titanic?”, Winslet tiene una respuesta más concisa.

En una entrevista para el programa de televisión británico Daybreak, la actriz declaró con toda honestidad: “Nos vemos muy distintos, estamos más viejos. Leo tiene 37 y yo 36 –teníamos 21 y 22 cuando hicimos esa película. Ya sabes, él está más gordo y yo estoy más flaca.” 

Así de fácil: Corría el año de 1998 cuando Leonardo DiCaprio parecía una jovencita de 15 años y la ahora delgada Winslet entraba en la categoría comúnmente denominada “Regordeta bella”. No cabe duda que el pasar del tiempo se refleja en las arrugas en la frente del galán y las curvas reducidas de la británica, pero si quieres revivir la nostalgia de finales del siglo XX y hacer como que el tiempo se detuvo en el momento que Rose le suelta la mano a Jack jurándole amor eterno, no te pierdas el relanzamiento de Titanic ahora en tecnología 3-D.