Buscar

lunes, 15 de agosto de 2011

Google compra a Motorola

La compra de Motorola Mobility por el gigante de Internet, que busca un equilibrio disuasorio en la guerra de las patentes, puede llevar a Samsung, LG o HTC a buscar alternativas a su dependencia de Android, beneficiando a Microsoft y HP.



La guerra relámpago ejecutada por Google ayer con la compra de Motorola Mobility da una sacudida a todo el sector de las telecomunicaciones y la alta tecnología digital, provocando a su paso víctimas y beneficiarios colaterales.

La razón de la compra por parte de Google radica en que el gigante de los buscadores se estaba viendo crecientemente acorralado por los otros grandes del sector en el nuevo campo de batalla en el que se están desarrollando las escaramuzas sectoriales: las demandas por violación de patentes. La juventud de Google en este terreno es un handicap ya que frente a grupos como Apple, Microsoft, IBM u Oracle su arsenal de patentes en el negocio de las comunicaciones móviles es escaso.

Munición disuasoria 
Ahora, las carteras de patentes son el arsenal de munición de esta nueva guerra, y Google necesitaba urgentemente reforzar el suyo para mejorar su posición disuasoria en este nuevo equilibrio del terror tecnológico. En vez de basarse en la destrucción mutua asegurada, como en la guerra fría atómica, el escenario actual se basa en la paralización mutua y generalizada de la innovación, si las guerras de patentes siguen creciendo hasta un paroxismo final.

Ahora Google, con las 20.000 patentes de Motorola a buen recaudo, ya tiene un argumento contundente entre manos para amenazar a los que le amenazan. Desde ese punto de vista, la estabilidad futura de Android está ahora más asegurada que antes.

Peor que la enfermedad
El problema es que el remedio puede acabar siendo peor que la enfermedad para Android. Porque hay un gran grupo de fabricantes (Samsung, LG, HTC, Sony Ericsson, Huawei, ZTE, etc.) que se agarraron a Android como tabla de salvación para competir con el iPhone de Apple y que son los que han hecho grande a la plataforma de Google.

Pero este grupo, a partir de ahora, va a dudar de la neutralidad de Android y temerá que las nuevas versiones de la plataforma salgan antes y funcionen mejor en las máquinas de Motorola que en las suyas. Es un riesgo que no se pueden permitir, porque tienen demasiados huevos puestos en una cesta (Google-Android-Motorola) sobre la que no tienen el más mínimo control.

Buscando más cestas
Así las cosas, los grupos como Samsung, LG o HTC pueden intentar diversificar al máximo para que sus ventas de productos no dependan tanto de Android. Pero no hay muchas plataformas alternativas. La más obvia es Windows Phone 7 (WP7), de Microsoft. Y no sería extraño que todos estos fabricantes androidependientes apoyaran ahora más decididamente al sistema de Microsoft, sacando más productos tanto en smartphones como en tabletas.

Pero aun así, todos ellos son conscientes de que Nokia es ahora el socio prioritario de Microsoft para WP7, ya que Stephen Elop, el controvertido consejero delegado de Nokia, ha apostado lo que queda del gigante finlandés al éxito de este sistema. O sea que, probablemente, WP7 tampoco sea muy neutral con los demás.

Otros posibles beneficiados
Las otras alternativas en cuanto a sistemas operativos son también obvias pero, por el momento, poco atractivas: MeeGo (promovida por Intel y Nokia, aunque el compromiso del grupo finlandés es cuestionable) y WebOS, el estupendo sistema de Palm que languidece en manos de HP, sin capacidad por sí sólo para convertirlo en una alternativa.

Es posible que a partir de ahora, la anunciada intención de Leo Apotheker, el consejero delegado de HP, de licenciar WebOS a otros fabricantes para ampliar su impacto en el mercado y atraer a los desarrolladores –pieza clave para el éxito de un ecosistema de este tipo– sea escuchada con algo de interés por Samsung, LG, HTC y compañía.

Arsenales baratos
Pero no sólo HP y Microsoft pueden verse colateralmente beneficiados (como mal menor) en las reacciones en cadena que provoca Google.

Nokia, además de fabricar terminales, puede empezar a percibirse por el mercado como un profundo depósito de patentes tecnológicas y su precio actual, 15.316 millones de euros (tras el rally del 9% experimentado ayer al calor de la compra de Motorola), sigue siendo moderado. Algo similar ocurre con Alcatel-Lucent.

El grupo francoamericano lleva en su seno un siglo de innovación tecnológica a cargo de los míticos Bell Labs de la antigua AT&T, con decenas de miles de patentes. Y su casi ridículo valor actual, 6.000 millones de euros, lo convierte en potencial objetivo en la próxima ofensiva de esta guerra.



Las fichas de dominó de la batalla por la supremacía en el mercado

1) Google ha comprado Motorola para defenderse de las demandas por violación de patentes que amenazan el futuro de Android.

2) Con más patentes puede demandar a los que le demandan y crear un equilibrio basado en la disuasión.

3) Pero con la compra de un fabricante, Android no aparece ya como un sistema neutral para sus socios como Samsung o HTC.

4) Los fabricantes que dependen de Android querrán reducir su dependencia potenciando otras plataformas alternativas.

5) Windows Phone 7, MeeGo y WebOS podrían beneficiarse de más interés por parte de los principales fabricantes.

6) Pero Nokia es el socio privilegiado de Microsoft para WP7 por lo que tampoco se percibe como neutral por parte del resto.

7) Nokia subió ayer un 9% porque se considera objetivo potencial, ya que también tiene un arsenal de patentes.

8) Alcatel Lucent, que también dispone de miles de patentes y sólo vale 6.000 millones, es otro de los candidatos a una opa.

Fuente: http://www.expansion.com/2011/08/15/empresas/tmt/1313439177.html