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lunes, 15 de agosto de 2011

Más del Amor

Amor... complejo amor.



Una forma de saber si amamos a alguien es darnos cuenta que no le vemos ningún defecto. Nos gusta tal cual es y por eso lo amamos.

Amamos a aquel que nos hacen sentir bien con nosotros mismos porque nos valora así como somos.

Si el amor es dependiente, no es verdadero amor, estamos necesitando que alguien nos de algo, compañía, sexo, status, y eso ya es utilizar al otro como una cosa, entonces podemos tolerar malos tratos y agresiones, porque no podemos prescindir de esas cosas.

Si me vuelvo obsesivo y me convierto en una estampilla, pegándome al otro y formando una simbiosis, tampoco es amor, es recrear la misma relación que aprendí a tener con mi madre posesiva que no me dejaba oxígeno.

Amar es ver al otro,  alegrarse de sus aciertos y apenarse con él de sus errores, para acompañarlo con cariño en su vida diferente y única y para sentir que también formamos parte de su universo.

La aceptación del otro como es, constituye el pilar fundamental de una pareja, que es la capacidad de despojarse de las imágenes idealizadas y ver a la persona concreta para aceptarla tal cual es.

Necesitar al otro desesperadamente nos hace esclavos, y la esclavitud no se tolera mucho tiempo, porque es la necesidad de sentirse queridos para creer que uno vale y eso es perdernos el respeto.

Porque la creencia de que una persona no vale viene de la infancia, de las relaciones primeras con personas significativas que se empeñaron en hacernos creer eso.

Nos enamoramos de quien no es como nosotros, de alguien que es diferente y con las cualidades que nos gustaría tener.

Es la otra parte del si mismo que se desea ser y que se anhela del otro para sentirse entero, aunque sea precisamente esta particularidad la que posteriormente los separe.

Amamos a alguien porque cuando estamos con él o ella no tenemos que fingir tratando de ser otro y podemos ser nosotros mismos.

Me doy cuenta si amo a alguien si no me ofendo por nimiedades ni soy suspicaz, porque me hace sentir confiado, seguro y tranquilo y no necesito enojarme ni reclamar nada.

Lo amo o la amo porque me deja ser independiente, porque me puede admirar sin sentir celos o envidia, alegrándose de mis aciertos y apoyándome en mis iniciativas.

Lo amo porque siento que me respeta y que no es egoísta, porque las necesidades de los dos se tienen en cuenta sin tratar de sacar ventajas individuales.

En definitiva, el principal problema para tener una pareja no es el amor, es la necesidad de dependencia.


Por Maura García