Europa sale a la carga con su propia SOPA
Varios países firmaron el tratado internacional ACTA, que podría ser ratificado en junio. Acuerdo de cooperación internacional
Pareciera como si el mundo entero se hubiese puesto de acuerdo en doblar la manguera digital, que permitió durante años gozar sin restricciones de las bondades del paraíso de la WWW. Se sabe que Estados Unidos reculó y dejó en suspenso la sanción de las normas antipiratería SOPA y PIPA, en búsqueda de nuevos consensos, pero ahora Europa dio por su parte un paso adelante.
La Unión Europea (UE) y 22 de sus estados miembro firmaron el viernes el tratado denominado ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement, traducido como Acuerdo comercial anti-falsificación), con el que se pretende combatir la piratería digital y que es rechazado por la comunidad de internet.
La firma del tratado por parte de la UE debe ser ratificada por el Parlamento Europeo en junio y por esa razón las organizaciones que se oponen a la norma ya preparan movilizaciones para intentar frenar la iniciativa. Este acuerdo comercial propone aplicar distintas medidas por parte de los estados que lo apoyan para luchar contra el comercio de falsificaciones y la distribución sin licencia de material protegido por derechos de autor.
Persecución
Lo que más preocupa a quienes combaten la iniciativa es que introduce medidas genéricas cuya aplicación concreta podría suponer la persecución penal de proveedores de servicio de internet (ISP, por sus siglas en inglés), considerando que favorecerían la piratería a nivel comercial. En este sentido, ACTA admitiría nuevas sanciones penales para obligar a los ISP a vigilar los contenidos en la web, lo que supone, según entienden las organizaciones opositoras, afectar la libertad de expresión y un incremento de la inseguridad jurídica, ya que autorizaría a los titulares de derechos de autor a obtener información sobre los infractores en la red por parte de los operadores.
Quienes se oponen al tratado subrayan expresiones ambiguas en ella contenidas, como la necesidad de "remedios expeditivos" para prevenir las infracciones y el despliegue de "obstáculos" para impedir que avance la piratería. El texto añade que los procedimientos que se pacten deben respetar la privacidad y la libertad de expresión.
Esto no es SOPA
John Clancy, portavoz del comisario de Comercio de la UE Karel de Gucht, formuló las primeras declaraciones para calmar los ánimos de la comunidad de internet. "ACTA -aseguró- no restringe la libertad de internet ni propone la censura de webs. El tratado quiere garantizar que las organizaciones criminales sean perseguidas cuando roban la propiedad intelectual, dañando la innovación y destruyendo empleo", expresó.
Clancy insistió en que "no interfiere en la manera en que usamos internet en nuestra vida cotidiana. Los ciudadanos podrán seguir usando las redes sociales como Facebook o Twitter como en el pasado", aseguró. Según la UE, se trata de un texto distinto a las leyes estadounidenses SOPA y PIPA, porque no prevé impedir el acceso a la red. Sin embargo, en España, la Asociación de internautas mantiene una postura totalmente contraria a que prospere ACTA en el Parlamento Europeo y aseguró que presionará a los legisladores españoles para que voten en contra.
Camino recorrido
Las negociaciones para avanzar en el ACTA comenzaron en 2007, entre la UE, EEUU (uno de sus principales impulsores) y Japón. Después de una decena de rondas de discusión, una comisión de representantes de los países elaboraron un texto definitivo en diciembre de 2010. Australia, Canadá, Japón, Corea del Sur, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur y EEUU fueron los primeros en firmar, en octubre de 2011.
El ACTA constituye un marco de cooperación internacional en el que los países que se adhieran a él emprenderán acciones para regular los contenidos que existen en la web, a fin de defender el copyright. Estas acciones incluye bloquear o clausurar los sitios o servidores que violen los derechos de autor, así como imponer multas.
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