Estas son algunos de los más comunes ejemplares femeninos que muchos no aguantan.
Si eres escrupulosa en el sexo, te gusta hablar con el novio por teléfono cada media hora, añoras tus antiguos amores o solo piensas en casarte, no te extrañe que te abandonen en cualquier momento.
Solo bastan ciertos detallitos, de parte y parte, para que la cosa comience a flaquear. Por ahora nos ocuparemos en algunos comportamientos femeninos que espantan a muchos hombres.
1. Las intensas
Esta es la típica pegoste que llama cada hora, pregunta bobadas, quiere saber todos los movimientos, pretende estar todo el tiempo con él. Sábados, domingos y festivos se queda a dormir en su apartamento, para desayunar juntos y luego, también, ver el reality de la noche juntitos. Además, es melosa, duerme abrazada ocho horas, quiere que la acaricien todo el tiempo, le hablen estilo bebé y espera besitos cada cinco minutos.
2. Las cantaletudas
Dios puso esta característica en las féminas (alguien tenía que hacer el trabajo sucio...). Pero no hay derecho a que una mujer, en tono agudo, entre alto y contralto, eche cantaleta en el carro y con los vidrios arriba, en la mesa, en la calle, en la fila del cine, por teléfono y hasta en el baño. Dejémosle el sermón a la mamá.
3. Las Mata Hari
Si algo enerva a un hombre es que le esculquen. La curiosidad mató al gato y pilas con buscar pistas del pasado y secretos en el clóset, el escritorio, el celular y la billetera mientras él se baña. Piense que solo obtendrá ira e intenso dolor si encuentra fotos de las novias y quién sabe en qué situaciones...
4. Las rivales
Señoritas, entre un hombre y su mejor amiga hay más fidelidad que con su amigote del alma. Los celos por ella solo le traerían rivalidades e incluso la harían objeto de chistes. Tampoco es que la vaya a coger a besos y se presten la ropa, pero trate de tragársela y hasta salgan juntos, pues ella goza de derechos adquiridos por antigüedad.
5. Las desesperadas
Nada más notorio que el afán por conseguir novio y peor, el de casarse. Para esto se necesita inteligencia y el movimiento menos astuto de una ganosa es sacarle cita con los papás al mes de conocerlo, hablar de matrimonio, argollas, luna de miel y hasta lagrimear cuando vea un bebé. Llegar al altar toma su tiempo.
6. Las que no gastan
La caballerosidad es una cualidad que todas aman, pero no abusen. Así como reclaman por sus derechos, no se las den de princesas para que les gasten todo. Eviten el recorrido por el centro comercial, la joyería, los mejores restaurantes y el puchero de rigor para que les renueven el closeth, les amueblen la casa y las lleven a unas vacaciones todo incluido. ¡Para eso trabajan!
7. Las síndrome Excel
Algo que prende los motores de un tipo son las mujeres que planean todo en tabla de Excel. Olvídese de diseñarle dietas, rutinas de gimnasio, sesión de spa, la visita a la mamá o a la prima más querida, y las reuniones de egresados. Deje que él programe las actividades y no crea que su agenda tiene tantos espacios como la de Hello Kitty.
8. Las muy extrovertidas
También conocidas como coquetas safriscas, hablan mucho, son melosas con todos, abrazan, besan y cuando se emborrachan se transforman. De alma de la fiesta pueden pasar a pesadilla y cada que salen no solo devuelven atenciones sino que les hacen showcitos delante de todos. Eso sí, se arrepienten al otro día.
9. Las antiamigos
Esta tiene dos características: acompaña siempre al novio pero nunca se integra, es como un mueble y no articula palabra, ni siquiera toma y pone cara de puño; o se vuelve tan amable y tan querida que cada que habla la embarra con comentarios salidos de tono o que ponen en entredicho su inteligencia.
10. Las achaperonadas
No falta la que cada que vez que sale lleva a una hermana, a la prima o a la amiga. Si algo saca de quicio es que carguen con cola para todos lados. Para completar, estas agradables compañías no tienen ni medio y adivinen quién es el mamarracho que paga.
11. Las celopatas
Es verdad que la cultura machista las hace inseguras, pero cuando la sombra tiene curvas y sospechan hasta de la señora que vende verduras, la cosa se pone grave. Más bien, no se busque cachos porque no hay teoría más cierta de que entre más celosas, más engañadas.
12 Las tukis antiestéticas
La pulsera de fantasía en el tobillo debajo de la media, el anillo en un dedo del pie, las peludas con síndrome de Neandertal: no saben qué es la cera y la cuchilla para el bigote, las piernas, la axila y el bikini; las uñas decoradas con bisutería, el pelo con raíz y el tinte quemado en las puntas y el zapato blanco con jean stretch. Ojo, muchos alegan que el mal olor es más común de lo que se piensa.
13. Las mamis vanidosas
Estas son el otro extremo: están bien maquilladas a las 3 a.m., después de la rumba, huelen a labial, van al gimnasio tres horas diarias y salen perfectas, la pestañina nunca se les corre, usan delineador de labios bastante contrastado y al parpadear tienen escarcha en la sombra. Casi siempre han estado en el quirófano para algún implante, son bonitas, juran que Nicole Kidman se pondría su ropa y su perfume algo fuerte delata su cercanía.
14. Las criticonas
Algunas se las tiran de decoradoras y dos semanas después de conocer al tipo quieren cambiarle el apartamento, les parece "abuelera" la casa de los suegros y esperan que pongan tapete en todas las puertas. Sueñan con botarle el afiche de su equipo favorito, que nunca deje platos sucios y que la ropa sea solo de marca.
15. Ni tan calvas ni con dos pelucas
Si en el amor se busca inteligencia, nada más cansón que una mujer intelectual que analiza hasta una particula de polvo. Pero también despacha la que solo lee revistas de farándula, no sabe qué se celebra el 5 de julio y solo quiere ser como Julia Roberts en una vida de comedia.
16. Las odio al fútbol
Si no le gusta, deje que su hombre lo disfrute. Algo que de verdad espanta es la mujer que se pone furiosa si el domingo en la tarde es para el fútbol, el estadio, los amigos y unas cervezas, y no para ella.Búsquese una amiga, visite a su mamá o váyase a ver cine 3D.
17. Las disertadoras sobre el amor
Mujeres, olviden que los hombres quieren discutir sobre el amor, la relación de pareja y los conflictos por tres, cuatro, cinco horas o todo un sábado. Recuerden que el género masculino, aunque ama, es más práctico y no se pone metas cara a cara, reflexiona y jura amor eterno. Ese abrazo al final de una discusión bizantina no es de satisfacción, es puro teatro, jurado.
18. Las antihogar
Si quiere perder a su novio en mínimo dos días, dígale que le importa un comino la casa, aprender a cocinar, tener hijos y quedarse de vez en cuando en la casa. Nadie quiere sirvientas a la usanza antigua, pero esas liberadas que a duras penas abren la nevera y meten los tenis a la lavadora corren el riesgo de no disfrutar las mieles del hogar.
19. Las autosuficientes
Es verdad, las mujeres pueden hacerlo todo y hasta mejor que un hombre. Pero esa miradita, esa actitud de sabelotodo, de que no necesita a nadie y esa pose algo masculina no solo espanta sino que enerva. Está bien, son exitosas, pero dejen de repetirlo y recalcarle que ganan más, y que, en últimas, solo necesitan su semen para un hijo. ¿A quién llaman cuando van al mecánico y les han cambiado hasta el volante por una cifra astronómica?
20. Las chantajistas
Nada más bajo que jugar con esto. Algunas se proponen hacerlos sufrir y les provocan celos con personajes imaginarios, se mandan flores ellas mismas a nombre de otro, lloriquean para conseguir su afecto, se hacen las víctimas y en un momento de rabia deciden no dársela, como si solo él se privara de placer.
21. Las escrupulosas y las extremas
En esta categoría entran las mojigatas y las que se pasan. Niñas, eso de apagar la luz, de poner cara de asco y de dárselas de sanas después de cierta edad no les luce. Pero ojo, cuando la mujer resulta más sucia que el hombre, también corre el riesgo de asustarlo. Eso sí, no se repriman y muestren sus armas poco a poco.
22. Las esclavistas
Mujeres, sus novios o maridos no son sus mensajeros, tramitadores, plomeros, electricistas, choferes y, además, buenos amantes. Eso de recógeme, llévame, déjame, pasemos por..., préstame y arréglame, no va. No se las dé de ama de Kunta Kinte.
23. Las comparadoras
Si entre sus frases más comunes están "con mi ex hacía esto o aquello", "él era divino" o "él siempre me regalaba", su relación no tiene futuro. Si los añora tanto, ¿por qué no está con él? Como reza el bolerito "ya lo pasado, pasado", entonces no arriesgue el futuro. Y si cree que el sujeto en mención debe ser como su ex, busque urgente ayuda psicológica.
24. Las estadistas
Existen varios, pero uno de los peores es el del sondeo de número de novias, cuántas mujeres han pasado por su cama y cuál ha sido el mejor polvo. No insistan en saber en cuál puesto están y piensen, como dice "que siempre habrá alguien mejor y peor que tú".
Cada una de ellas tienen algo en común, al final terminan por aburrir al hombre.