Por un actor que fue infectado de Sida, la más solida industria, que ha sabido salir a flote incluso contra los más estrictos controles legales y la feroz lucha contra la indecencia en Estados Unidos, deberá detener sus producciones por dos meses
Desde hace tres días el mundo del entretenimiento para adultos zozobra debido a la reaparición de su más letal enemigo: el sida.
Después de detectarse dos casos en actores porno, la mayoría de las productoras han decidido suspender sus rodajes durante al menos dos meses, el tiempo necesario para comprobar si los dos afectados han podido contagiar a algún compañero de rodaje. El riesgo, dada la escasa protección entre los intérpretes y el incontrolable mercado negro, es alto.
El primer caso, que se dio a conocer el miércoles, se detectó el 28 de agosto. Darren James, uno de los 6.000 actores porno que trabajan en California, se sometió a los controles que cada tres semanas realiza la Fundación de Cuidado Médico de la Industria Adulta (AIM) a 1.200 intérpretes. Esta organización, fundada en 1999 y líder en protección sanitaria de los actores de pornografía, admite que sólo el 17% de éstos usa protección. Los intérpretes porno cobran entre 150 y 4.000 euros al día.
La anterior prueba de James, realizada en marzo, había sido negativa. Tras un rodaje en Brasil, donde practicó sexo sin preservativo, se sometió a otro test en abril y dio positivo. James es el primer actor porno en el que se detecta el virus en los últimos cuatro años.
Un total de 16 nuevos positivos por VIH incrementan la alarma en la industria del cine para adultos en Estados Unidos.
Entre los nombres figuran
Dean Flynn
Andrew Justice
Zak Spears
Blu Kennedy
Lucas
Gabriella Fox
Esperanza Gómez
Alexis Texas
Viky Vette
Caroline Miranda
Ashlyyn Brooke