¿Apple empezará a declinar?
La compañía más valiosa de EE.UU. creció a fuerza de innovación. Ahora, con un rentable modelo de negocio que defender, no puede permitirse correr grandes riesgos
Si Steve Jobs estuviese vivo ¿la nueva aplicación de mapas del iPhone 5 sería tan desastrosa? Interesante pregunta, ¿no?. Como CEO de Apple, Jobs era un perfeccionista. La última vez que Apple lanzó un producto de calidad realmente inferior – MobileMe, en 2008–, Jobs reunió al equipo en un auditorio, los retó sin piedad y despidió al jefe del equipo en frente de todos, según la biografía de Jobs escrita por Walter Isaacson. Los tres aparatos que hicieron de Apple la compañía más valiosa de Estados Unidos –el iPod, el iPhone y el iPad– fueron verdaderas innovaciones que obligaron a las otras empresas de tecnología a buscar maneras de no quedar atrás.
Sin duda, el iPhone 5, que salió a la venta este mes, será otro éxito rotundo. Apple conserva todo el brillo de su prestigio. Pero nada en este smartphone es especialmente innovador. A esto se suma su programa de mapas, plagado de errores. Al lanzar un nuevo sistema operativo para el iPhone 5, Apple reemplazó la aplicación cartográfica de Google –el patrón oro del software de mapas– por una aplicación propia, muy inferior , que enfureció a sus clientes. Hoy que los mapas son una función tan importante de los teléfonos inteligentes, el error parece inexplicable.
Y quizás sea sólo eso: un error, que pronto se va a corregir. Pero también es posible que se convierta en el canario en la mina de carbón. Si bien Apple seguirá siendo una empresa muy rentable por muchos años, me sorprendería que presentara otro producto tan innovador como el iPhone o el iPad. En parte, por una razón obvia: ya no está Jobs. Es raro que una empresa sea en tal medida una extensión del cerebro de un solo hombre como Apple lo era del de Jobs. En vida del genial CEO, eso era un punto fuerte, pero ahora es una debilidad. El actual equipo ejecutivo de Apple sin duda trata de mantener la misma cultura exigente e innovadora, pero no es lo mismo ahora que Jobs no está respirándole en la nuca a todo el mundo. El fiasco de los mapas ilustra precisamente eso.
Pero también hay algo menos obvio –aunque tal vez más importante–, y es que los mejores días de Apple pronto podrían ser historia pasada. Cuando Jobs volvió a la compañía en 1997, después de 12 años de alejamiento, Apple tenía serios problemas. Podía permitirse correr grandes riesgos y buscar un nuevo modelo empresarial porque no tenía nada que perder . Quince años después, Apple tiene un lucrativo modelo de negocio que defender, y también mucho que perder. Las compañías cambian cuando pasa eso. “El modelo empresarial se convierte en una jaula de oro, y la dirección no hará nada que lo ponga en peligro. Al contrario, hará todo lo posible por protegerlo”, dice Larry Keeley, un estratega de innovación de la consultora Doblin.
Ocurre en todas las industrias, pero es particularmente fácil de ver en el sector tecnológico porque las cosas se mueven demasiado rápido. Hace menos de 15 años, Microsoft parecía invencible. Pero una vez que su sistema operativo Windows y sus aplicaciones Office se convirtieron en gigantescos generadores de ganancias, toda la estrategia de Microsoft se concentró en proteger estas dos vacas lecheras. Usó indiscriminadamente su plataforma Windows para promocionar sus propios productos a expensas de la competencia. (El juicio antimonopolio a Microsoft apuntó certeramente a esa conducta). Aunque Microsoft sigue ganando miles de millones, sus nuevos productos son básicamente versiones de innovaciones introducidas por otras empresas.
Ahora es el turno de Apple de ser el rey de la baraja ... y a nadie sorprende que haya comenzado a comportarse de un modo bastante parecido. Esto se puede comprobar en el litigio sobre patentes contra Samsung, una práctica costosa y contraproducente que no tiene nada que ver con la innovación, sino con proteger su territorio. Y esto se puede ver en la decisión de reemplazar la aplicación de mapas de Google. Antes un aliado, hoy Google es un rival, y la idea de permitir que Google promocione sus mapas en la plataforma Apple se había convertido en una especie de sacrilegio.
Y más en particular, Apple quiere forzar a sus clientes a usar sus propios productos, aun cuando no sean tan buenos como los de la competencia. Cuando una empresa comienza a actuar así, se vuelve vulnerable a los rivales más nuevos y hábiles, sedientos de crear algo nuevo en lugar de exprimir lo viejo.
Basta con pensar en BlackBerry, que en otro tiempo fue amo y señor del mercado de los smartphones pero al que ahora Apple y Samsung le pasaron por arriba.
Ya antes de la muerte de Jobs, Apple se estaba volviendo una empresa cuya principal meta era defender su modelo de negocio . Sí, es cierto: Jobs no hubiera permitido que se lanzase al mercado una aplicación tan defectuosa. Aun así, pese a su genialidad, es improbable que Jobs hubiese podido impedir que Apple tarde o temprano cayese en lo mismo que otras empresas. Es la naturaleza del capitalismo que las grandes compañías adopten una actitud defensiva , mientras que los rivales nuevos emergen con ideas mejores y más inteligente