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miércoles, 22 de febrero de 2012

Terror Japones

Rokurokubi: 
Es un monstruo femenino que tiene un cuello extremadamente largo y flexible. En el día es una mujer común y corriente, dotada de una gran belleza, por lo cual es indistinguible de una mujer normal. Pero cuando viene la media noche, alarga su cuello.

Algunos relatos dicen que es un monstruo peligroso, que en las noches busca hombres de los cuales se puedan alimentar y robar su energía. Otros relatos la describen como un monstruo inocente que sale en las noches a beber el aceite de las lámparas de luz que se encuentran en lo alto.

Kokkuri-san, Kokkuri-san, dime, ¿cuándo me voy a morir?: 
Kokkuri-san, es la ouija japonesa, para aterrorizarnos se necesitarán los siguientes elementos: dos estudiantes japonesas (por si solas no debian causarnos terror), el alfabeto hiragana (esto si que da miedo) escrito en un tablero o en una hoja grande y un bolígrafo que debe ser sostenido por las susodichas mientras hacen preguntas tenebrosas al Kokkuri-san.

Las historias que podemos encontrar guardan muchas similitudes con las protagonizadas en occidente por la ouija, por supuesto el juego (al igual que el equivalente occidental) ha dado lugar a películas.

Ubume: 
Las ubume, son un tipo de fantasmas japoneses, concretamente los espíritus de mujeres que fallecieron durante el parto, o que lo hicieron dejando desvalidos a sus hijos ya nacidos.Se trata de un tema sensible, y tratado en multitud de historias y leyendas. Su apariencia es la más común de un yrei, es decir, ropajes blancos y cabello largo y enmarañado.

En algunas historias, compran dulces y comida a sus hijos vivos, con monedas que pasan a convertirse en hojas secas.




Toire no Hanako-san: 
Una estudiante sale de clase, camina por el solitario pasillo y entra en los servicios de chicas. Aunque están vacios todos la chica comete el error de abrir la cuarta puerta de los servicios. A partir de ese momento ya no está sola, los fantasmales ojos de Hanako-san (más correctamente, Toire no Hanako-san) se clavan en ella.

Hanako-san es el fantasma de una adolescente presente en todas las escuelas de Japón, habita en el servicio de las chicas, en el reservado número cuatro. No se le responsabiliza más que de dar buenos sustos a las estudiantes en los momentos menos apropiados. Los hombres que quieran ser asustados por Hanako-san sin arriesgarse a una denuncia por voyeurismo pueden probar con la película. Las chicas en la escuela suelen ir en grupo al aseo para evitar encontrarse con Hanako-san.

Cuenta la historia que las chicas nunca entran en el aseo número 4 pues alli habita Hanako-san, una chica que parece ser murió debido al acoso escolar que sufría y desde encontes su fantasma habita en los baños de las chicas del cole. No parece un fantasma muy agresivo pues sólo ha dado unos buenos sustos y poco más, sobre todo por la noche y aparece si se le llama, aunque a veces llama a la puerta del excusado ella misma.

Yamamba: 
Yamamba ( La vieja que vive en la montaña) es una mujer muy vieja (tiene una larga historia). Es un viejo demonio que vive en el fondo de la montaña, con el cabello blanco desgreñado, y totalmente fea. A veces adopta un aspecto aterrador y se come a los humanos que se encuentre en el camino, y en otras ocasiones hace cosas buenas a quien la encuentra, todo depende de quien sea la persona a quien se le aparezca.

En algunas pinturas le dan una segunda boca en la tapa de su cabeza. Ella puede cambiar su aspecto, y utiliza esta táctica para el éxito de capturar a sus víctimas. Algunos eruditos ponen el origen de Yamamba en historias sobre las épocas en que el gran hambre hizo que los aldeanos japoneses echaran a sus ancianos hacia los bosques, debido a la carencia del alimento.

Es experta en los artes de la brujería, de las pociones, y de los venenos. Ella negocia a veces este conocimiento a los seres humanos si le traen una víctima substituta para comer o para negocios similares. Otros historiadores dicen que ella es solo un alma solitaria que se halla en armonía con la naturaleza. Hace unos años, en Japón estuvo de moda una manera de maquillaje, llamado maquillaje yamamba. Son chicas jóvenes (14 -20 años) que se maquillan de blancos alrededor de los ojos y los labios, tienen la piel re-bronceada, el cabello decolorado, y calzan zapatos demasiado altos. De ellas hablare en otra ocasión.

Kuchisake onna: 
Noche oscura, carretera solitaria, conductor confiado, autoestopista hermosa. Pero no, no es la autoestopista fantasma de la versión occidental. Aunque el cuerpo de la pasajera se intuye bello y sus ojos anticipan un rostro fascinante la parte inferior de su cara está oculta con un velo blanco. La mujer se sienta en el asiento de atrás y el conductor reanuda el viaje.

¿Soy hermosa? -le pregunta la pasajera al conductor.

Sí, lo es, afirma el hombre, y para confirmar sus primeras impresiones le dirige una mirada a través del espejo retrovisor. Pero la mujer se ha quitado el velo que cubría su boca y ésta aparece abierta con unos profundos cortes que le llegan hasta la orejas en una gran sonrisa macabra al fondo de la cual culebrea su lengua. El conductor ni siquiera escucha sus gritos de horror, a partir de este momento lo único que escuchará es la pregunta repetirse una y otra vez en su cerebro: ¿Soy hermosa? ¿soy hermosa? ¿soy hermosa?

En otras versiones Kuchisake onna, la mujer de la cara cortada, caza y desfigura niños con su gran velocidad sorprendiendolos cuando menos se lo esperan. A veces se puede escapar de ella lanzandole un fruta lo que da al perseguido el tiempo suficiente para huir.

Kuchisake onna, tiene los labios rasgados, aparece en el parque oscuro con máscara o sea se tapa la boca y pregunta a la persona que pasa, "¿crees que soy guapa?"...no se debe responder nada, pero si le respondes, saca su máscara y muestra los labios rasgado hasta la oreja y te dice, "¿aún así soy guapa?" y trata de rasgar tu labio también, para que no te haga maldad tienes que repetir 3 veces esta palabra "pomada, pomada, pomada" dice que a esta fantasma no le gusta el olor de la pomada.

El color rojo: 
Erase una vez una maestra que era muy bonita. Pero por mas bonita que fuera, ella tambien era bastante amargada con sus estudiantes. En su clase, había un chico que se enamoro perdidamente de ella. La maestra sabia de esto y rompió su corazon mientras que lo humillaba por sus bajas calificaciones. El pobre muchacho no aguanto mas y se suicido. A la maestra no le importo lo que sucedió y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante. Un día que la maestra se tuvo que quedar trabajando hasta tarde. Cuando salio del salon, se encontró con que habia un estudiante en el pasillo que le daba la espalda. Le parecio extraño q un estudiante estuviera allí a esa hora, asi que lo llamo. Cuando la maestra lo vio, sufrio un desmayo al ver que la cara del chico tenia una cortada roja en la cara similar al tachón que habia hecho sobre el nombre del estudiante.

 El último cliente: 
Un taxista regresa de llevar a un pasajero por una solitaria carretera de montaña, para su sorpresa encuentra un nuevo cliente en el arcén de la carretera. El hombre se acomoda en el asiento de atrás del taxi y da una dirección, aunque el lugar es desconocido para el taxista el pasajero se compromete a guiarlo para llegar a su destino.

Atraviesan pequeños pueblos, pasan por caminos olvidados y poco a poco el taxista comienza a inquietarse. Tras un buen rato de conducción se gira hacia atrás y pregunta al pasajero dónde se encuentran. Al hacerlo se sorprende por última vez al ver que el pasajero ha desaparecido, sin embargo se solventan sus dudas sobre donde está, al borde del precipicio a punto de dejar que sea la gravedad quien marque velocidad y recorrido.

El rompecabezas: 
Había una mujer que vivia sola en un pueblito pequeño. No tenia familia, amigos, solo su casa y su hobbie, el resolver rompecabezas, algo que amaba con pasión y se sentia orgullosa de completar rompecabeza que cayera en sus manos. Sin embargo, llego un momento en que ya no había rompecabezas que completar.

Un día, mientras iba de compras, paso por una venta de patio y viendo los productos, se encontró con una caja sencilla que tenía escrito rompecabezas encima. Emocionada ante la posibilidad de terminar un nuevo rompecabeza, le pregunto al dueño cuanto pedía por el, pero este se asombro de que la mujer hubiera encontrado la caja y se la quito, negándose a venderla y la puso de nuevo en el garage. La mujer trato en vano de convencer al hombre y finalmente se canso de discutir y espero a que el hombre se descuidara para luego robarse el rompecabezas y corrió a su casa.

Una vez en su casa, se sentia mas animada. Tenia un nuevo rompecabeza y no esperaba la hora para empezar a armarlo. La mujer empezo como todo el mundo, armando los bordes primero. Mientras colocaba las piezas en su lugar, noto que la imagen que aparecía en el rompecabeza era parecida a la de su sala. Intrigada, siguió armandolo y mientras avanzaba, notó que aparecía su mesa del comedor y sus sillas. La mujer continuó uniendo las piezas hasta que se dio cuenta de que la mujer que aparecía en el centro del rompecabeza era ella. Temerosa, coloco la última pieza del rompecabeza, la ventana detrás de ella. La mujer se quedo petrificada, mirando el rompecabeza, pues en la imagen de la ventana veia la cara de un hombre mirándola.

Lo ultimo q la mujer escucho fue el sonido del vidrio rompiendose...

Nopperabo: 
Este es un fantasma sin rostro, que se le encuentra caminando por las calle oscuras con la cara hacia abajo... si le saludas "konbanwa" (buenas noches), se da la vuelta... y puedes ver que la persona no tiene ojos, boca, ni nariz, por eso cuídate cuando caminas solo en la calle y encuentras a alguien caminando con cara para bajo... no le saludes.



La silla maldita: 
En Corea, como en otros paises asiaticos, es muy importante estudiar mucho y ser un buen estudiante. Una chica se esforzaba mucho pero era muy difícil. No era que el material era muy difícil, sino que su espalda le dolía a los pocos minutos de sentarse en su silla en el salón. La incomodidad no le permitia estudiar correctamente y sus notas empezaron a declinar. Su madre se mostró preocupada y llevo a su hija a varios doctores, pero ninguno encontraba algo malo en la joven. Lo curioso era que la chica podía concentrarse tranquilamente sin dolor en cualquier otra silla a excepción de esa.

La madre desesperada consulto con una adivina y esta le aconsejo que tomara una foto de ella usando la silla en cuestión. La madre tomo la foto y cuando la vio, se sorprendió de lo que había. En ella aparecia su hija, pero también aparecía otra chica con una soga al cuello ahorcándose, la cual trataba de apoyar sus pies en los hombros de su hija. Esa chica era la antigua dueña de la silla que se había ahorcado saltando de la misma cuando no aguanto mas porque no podía con la presión de las notas en la escuela.