¡Mami. mami, mi osito Teddy me mira con ojos de loco!...
Vengativo, macabro y sin pies ni cabeza. Peluches mortales con aires de violencia cómica.
Osos de peluche y un polvorín de armas descomunal... Lo que podría haber sido un entretenimiento ligero y entretenido resuelto con saña y sentido del humor, acaba convertido en un festival del mal gusto difícilmente soportable. Soporífero, repetitivo y sin pies ni cabeza; no hay nada peor que intentar hacerse el gracioso sin serlo, y Naughty Bear no funciona ni como festival de hiperviolencia ni como espectáculo cómico.
Con curiosidad esperábamos el lanzamiento de Naughty Bear, título que, desde la distancia, nos parecía una de las apuestas más sorprendentes y arriesgadas que podía ofrecer el catálogo de unas y otras consolas en estos compases veraniegos del mercado.
Lamentablemente A2M vuelve a demostrar que le interesa más el morbo y el sensacionalismo que el lograr buenos videojuegos. Al igual que ya sucediera con el discreto WET que desarrollaron anteriormente, Naughty Bear ofrece una buena idea de base y poco más. Si ésta no fue trasladada con un éxito memorable en la aventura de la sexy Rubi, en esta historia de osos sí destaca por el mal gusto con el que ha sido ejecutada. Esto no sería problema si la jugabilidad del título estuviera a la altura, de hecho somos fans de la salvajada que en su momento fue el primer Manhunt, pero aquí al contrario que en el título de Rockstar no hay un sólo elemento redentor a nivel jugable que salve a estos peluches de la quema.
El videojuego ofrece alternativas moderadamente variadas para acabar con nuestros enemigos. La escasa resistencia que éstos ofrecen hace que tengan escasa importancia.
Naughty El Fiestero
El punto de partida de Naughty Bear es que el oso del mismo nombre, un rencoroso y feo oso de peluche del que todo el mundo se mofa (añadiremos que con razón), está enfadado porque no ha sido invitado al cumpleaños de uno de los habitantes de la ciudad de osos por la que pulula tanto él como sus semejantes. ¿Su reacción? La que todos tendríamos en circunstancias parecidas, se arma hasta los dientes y se propone asesinar sin compasión a todos los que le rodean.
Semejante estupidez como premisa inicial parece garantizar un videojuego divertido y cargado de humor: Lamentablemente no hay ni lo uno ni lo otro en el juego de A2M. En primer lugar porque no hay guión ni nada que se lo parezca en Naughty Bear, sólo una sucesión de niveles que superamos cumpliendo los objetivos que se nos proponen. ¿Las metas? Acabar con todo el mundo, así de simple. Con ello conseguimos liberar puertas y puentes para poder saltar a diferentes áreas que tendrán nuevamente los mismos objetivos y unos personajes sin mucha posibilidad de cambio, serán todos osos.
Si hacemos mucho "ruido" llegarán los refuerzos para devolver el orden a la zona. No es que los policías sean particularmente efectivos en Naughty Bear, pero aún así conviene ser algo sutiles.
¿Suena aburrido verdad? Pues todavía es peor el resultado si al cóctel le sumamos que el sistema de combate es horroroso, que la cámara es un desastre y que todo resulta tremendamente repetitivo. La crueldad de Naughty Bear no se rebaja en absoluto por el hecho de tener a osos de peluche como protagonistas, y es que algunas de las barbaridades que podemos cometer en el videojuego son de verdadero escándalo. No sólo es un videojuego de dudoso gusto y atractivo, sino que además es aburrido hasta decir basta. No hay reto alguno en su experiencia puesto que los osos apenas presentan oposición; el título que nos ocupa queda reducido por lo tanto a asesinar y torturar de formas salvajes a criaturas indefensas; y no desamparadas por estar desarmadas, que no es el caso, sino más bien por una insondable estupidez que les impide utilizarlas con un mínimo de efectividad independientemente del nivel de dificultad que estemos empleando.
Por si fuera poco la acción se desarrolla sin ningún tipo de posibilidad de fijar el objetivo, y eso en un entorno tridimensional sujeto a los caprichosos movimientos de una cámara a todas luces inefectiva es francamente doloroso. Sólo podremos golpear a nuestro enemigo una o dos veces antes de que éste cambie ligeramente su posición para tratar torpemente de huir y tengamos que volver a movernos nosotros para perseguirlo y estar de nuevo a su alcance. Todo este proceso puede sonar a mal menor, pero cuando tenemos que repetir lo mismo decenas de veces acaba siendo un problema de incomodidad muy serio.
En la parte superior de la pantalla tendremos el marcador de combos, enlazando muertes ingeniosas y movimientos astutos conseguiremos ampliarlo para cumplir los objetivos.
El juego trata de forzar la variedad de acciones del jugador a los mandos de Naughty, haciendo que el repetir muertes con una misma arma penalice la cantidad de puntos que obtengamos, auténtico motor de la experiencia. Para ello hay una importante variedad de arsenal, aunque todos los elementos que lo componen se manejan de forma muy similar, con la única diferencia de las armas cuerpo a cuerpo y las que se disparan a distancia. Tiene algo más de interés la posibilidad de sabotear puntos concretos del escenario, como cocinas, coches o máquinas para que hagan daño a los osos. Sin embargo más allá de obtener más o menos puntos el ser ingenioso no tiene ningún aliciente a nivel de diversión, puesto que la oposición de los otros osos es inexistente y de matarlos a golpe de hacha, situando un cepo en el suelo o trampeando su coche obtendremos la misma satisfacción: Escasa.
Gráficamente el título no pasa de lo meramente aceptable. Los diseños de los personajes no son particularmente simpáticos a pesar de que es un adjetivo que parecería garantizado en un videojuego sobre osos de peluche, y los horrores tecnológicos a los que asistiremos empeoran sensiblemente la sensación general.
La cámara es incontrolable como ya hemos comentado con anterioridad, la tasa de imágenes por segundo errática, y no hay aspecto de física alguno que enriquezca los golpeos o las peleas con otros osos. Un severo suspenso al que hay que sumar el poco optimizado código de red del título que hace que su multijugador para cuatro usuarios no sólo sea una experiencia aburrida, sino también plagada de lag.