jueves, 19 de mayo de 2011

Las 30 muertes más curiosas

Lo más evidente, es que para morirse lo único que se requiere es estar vivo. Porque puede uno morir por la causa más extraña y de la forma más rara. Tambien quiero mencionar que en el año 2006 se entregaron los premios Darwin a las muertes mas extrañas de la historia


Muerte por abrazar el reflejo de la luna 
El poeta chino Li Po es considerado uno de los dos más grandes de la historia literaria china. Era muy conocido por su amor al licor y se sabe que escribió muchos de sus grandes poemas mientras estaba borracho. Y en ese estado se encontraba la noche en que cayó de su bote y se ahogó en el río Yangt-ze al intentar abrazar el reflejo de la luna en el agua.

Muerte por barba 
El austríaco Hans Steininger supo ser famoso por tener la barba más larga del mundo (de casi un metro y medio) y por morir a causa de ella. Un día de 1567 hubo un incendio en su ciudad y en la huida Hans se olvidó de enrollar su barba, la pisó, perdió el equilibrio, tropezó y se rompió el cuello.

Muerte por aguantar las ganas de orinar
El noble y astrónomo danés Tycho Brahe era un personaje interesante. Tenía un enano como bufón al que sentaba bajo la mesa durante la cena. Incluso tenía un alce entrenado como mascota. Tycho también perdió la punta de su nariz en un duelo con otro noble danés y tuvo que usar una nariz falsa hecha de plata y oro, pero ésa es otra historia. Se dice que Tycho tuvo que aguantarse las ganas de ir al baño durante un banquete particularmente extenso en 1601 (levantarse en medio de una cena era considerado como algo realmente ofensivo), a tal punto que su vejiga, llevada al límite, desarrolló una infección por la que murió. Análisis posteriores sugirieron que Tycho murió en realidad por envenenamiento con mercurio, pero esa conclusión no es tan interesante como la historia original.

Muerte por batuta de orquesta 
Mientras conducía el Tedéum para el rey francés Luis XIV en 1687, Jean-Baptiste Lully estaba tan concentrado en mantener el ritmo golpeando un madero contra el suelo (ése era el método habitual antes de que la batuta comenzara a usarse) que se machacó el dedo gordo del pie pero se negó a detenerse. La herida en ese dedo devino en gangrenosa, pero Lully se negó a que se lo amputaran. La gangrena se generalizó y el terco director finalmente murió. Irónicamente, el himno que estaba conduciendo era en celebración de la recuperación de Luis XIV de una enfermedad.

Muerte por postre 
El rey Adolfo Federico de Suecia amaba comer y murió por ello. Conocido como “El rey que comió hasta morir”, falleció en 1771 a la edad de 61 años a causa de un problema digestivo luego de comer una cena gigantesca consistente de langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado, champaña y catorce platos de su postre preferido: semia, relleno de mazapán y leche.

Muerte por demostración de jurado 
Después de la guerra civil norteamericana, el controvertido político Clement Vallandigham, de Ohio, se transformó en un exitoso abogado que rara vez perdía un caso. En 1871 defendió a Thomas McGehan, acusado de disparar contra un tal Tom Myers durante una disputa en un bar. La defensa de Vallandigham se basaba en que Myers se había disparado a sí mismo al empuñar su pistola cuando estaba arrodillado. Para convencer al jurado, Vallandigham decidió demostrar su teoría. Desafortunadamente, utilizó por error una pistola cargada y terminó disparándose a sí mismo. Con su muerte, Vallandigham demostró la teoría del disparo accidental y consiguió exonerar a su cliente.

Muerte por morderse la lengua 
Allan Pinkerton, famoso por crear la agencia de detectives que llevaba su nombre, murió de una infección después de morderse la lengua cuando se resbaló en la calle.

Muerte por dedo gordo 
El famoso destilador de whisky Jack Daniel decidió ir temprano a trabajar una mañana de 1911. Quiso abrir su caja fuerte pero no recordaba la combinación. Enfurecido, Daniel pateó la caja fuerte y se lastimó el dedo gordo, que terminó desarrollando una infección por la que murió.

Muerte por cascara de naranja 
Bobby Leach no temía cortejar a la muerte: en 1911 fue la segunda persona en el mundo en sobrevivir a una caída en barril por las cataratas del Niágara. Realizó muchas proezas de ese tipo, por lo que su muerte es especialmente irónica. Caminando por una calle de Nueva Zelanda, Leach tropezó con un pedazo de cáscara de naranja. Se rompió la pierna tan mal que debió serle amputada. Murió debido a complicaciones de la cirugía.

Muerte por falla de sobretodo con paracaídas 
En 1911, el sastre francés Franz Reichelt decidió probar su invención, una combinación de sobretodo y paracaídas, saltando de la Torre Eiffel. Les dijo a las autoridades que utilizaría un muñeco, pero a último minuto decidió probarlo él mismo. Su invento no funcionó.

Muerte por 1) veneno, 2) herida de balas (cuatro), 3) golpe de palo y 4) ahogamiento 
De acuerdo con la leyenda, el místico ruso Grigori Rasputin (1869-1916) fue primero envenenado con suficiente cianuro para matar diez hombres, pero eso no lo afectó. Entonces sus asesinos le dispararon por la espalda con un revólver. Rasputín revivió poco después. Le dispararon tres veces más, pero Rasputín seguía vivo. Así que entonces fue molido a palos, y por las dudas arrojado a las aguas heladas del río Neva.

Muerte por béisbol 
Ray Chapman, jugador de los Cleveland Indians, fue asesinado por una pelota de béisbol. Por aquellos días, los pitcher solían ensuciar la pelota antes de lanzarla para que se hiciese más difícil de ver. El 6 de agosto de 1920 en un juego contra los New York Yankees, Carl Mays, pitcher de los Yankees, lanzó una pelota sucia contra Chapman, quien no la vio y recibió el golpe fatal en su cabeza.

Muerte por bufanda 
La madre de la danza moderna, Isadora Duncan, murió a causa de una bufanda que le encantaba usar. Escribió el New York Times en su obituario del 15 de septiembre de 1927: “El automóvil estaba yendo a toda velocidad cuando la bufanda de seda se enganchó en la rueda y arrastró con terrible fuerza a la señorita Duncan, precipitándola con violencia contra la calle. Fue arrastrada durante varios metros hasta que el chofer se detuvo, a causa de los gritos que venían de la calle. Se reclamó ayuda médica, pero quedó probado que se estranguló y murió instantáneamente”.

Muerte por basura 
Homer y Langley Collyer eran archivistas compulsivos. Los dos hermanos tenían miedo de deshacerse de cualquier cosa, y coleccionaron obsesivamente diarios y otras basuras en su casa. Incluso prepararon trampas en los corredores y puertas para protegerse de los intrusos. En 1947, una llamada anónima denunció que había una persona muerta en la casa de los hermanos, y después de encontrar muchas dificultades para entrar, la policía descubrió muerto a Homer Collyer; a su hermano Langley no se lo veía por ningún lado. Dos semanas más tarde, después de sacar cerca de 100 toneladas de basura del departamento, finalmente encontraron el cuerpo de Langley Collyer parcialmente descompuesto (y comido por las ratas), apenas unos metros más allá de donde habían encontrado a su hermano. Aparentemente, Langley había estado gateando a través de túneles entre pilas de diarios para llevarle comida a su paralizado hermano cuando se disparó una de sus trampas. Días después, Homer murió de hambre.

Muerte en un talk show 
Jerome Irving Rodale era un pionero de la comida sana, un temprano propulsor de la agricultura sostenible y de las granjas orgánicas. Después de asegurar que podría vivir hasta cumplir 100 años, a menos que fuese atropellado por un auto, Rodale murió a causa de un ataque al corazón mientras era entrevistado en el Dick Cavett Show en 1971. Parecía dormido, y Cavett bromeó: “¿Lo estamos aburriendo, Sr. Rodale?”, antes de descubrir que su invitado de 72 años había efectivamente muerto. El show nunca salió al aire.

Muerte por suicidio durante un noticiero en vivo 
Christine Chubbuck fue la primera y única presentadora de noticiero en suicidarse durante un programa en vivo. El 15 de julio de 1974, a los ocho minutos de programa, la deprimida reportera dijo: “Para mantener la política del canal 40 de traerles lo último en materia de sangre y entrañas, y a todo color, aquí tienen otra primicia: un intento de suicidio”. Y a continuación, Chubbuck sacó un revólver y se disparó en la cabeza.

Muerte en el baño 
Hay muchos ejemplos de muertes en el baño, pero la de Elvis Presley (1935-1977) es la más famosa. El rey del rock’n'roll fue encontrado tirado en el piso del baño de su mansión de Graceland después de haber vomitado cuando estaba sentado en el inodoro. Los médicos atribuyeron su muerte a un ataque al corazón causado por su sobrepeso y por su adicción a las pastillas.

Muerte por robot 
Robert Williams fue el primer hombre asesinado por un robot. Sucedió el 25 de enero de 1979, en la planta de Ford de Flat Rock. Williams trepó dentro de un depósito de repuestos para devolver una pieza a su lugar, porque el robot que las manipulaba se había roto. Pero se reactivó súbitamente, y lo golpeó con su brazo metálico, matándolo instantáneamente.

Muerte por paraguas gigantescos 
En 1991, los artistas Christo y Jean Claude construyeron una instalación artística ambiental de cientos de gigantescos paraguas azules y amarillos en California y Japón. Los paraguas gigantes, que medían cerca de 6 metros de alto y 9 de diámetro, se transformaron en una gran atracción turística. Menos de dos meses después de que la instalación se abriese al público, una mujer de 33 años llamada Lori Rae Keevil-Mathews viajó para ver los paraguas en California. Una desafortunada ráfaga de viento arrancó uno de los paraguas, que voló directamente hacia ella y la aplastó. Christo inmediatamente ordenó que sacasen todos los paraguas. Los paraguas, sin embargo, se cobraron otra vida, esta vez en Japón. El operador de grúas Masaki Nakamura se electrocutó cuando su máquina tocó un cable de alta tensión de 65 mil voltios mientras desmantelaban los paraguas tal como Christo lo había ordenado.

Muerte por decapitación por aspas de helicóptero 
El actor Vic Morrow murió en el set de la película de La Dimensión Desconocida cuando un helicóptero quedó fuera de control por unas explosiones de los efectos especiales, chocó, y lo decapitó con sus aspas. Dos niños actores también murieron en el evento, lo que propició una serie de masivas regulaciones dentro de las leyes de trabajos de niños en Estados Unidos y las regulaciones sobre seguridad en los estudios cinematográficos.

Muerte por cactus 
En 1982, un joven de 27 años llamado David Grundman y su compañero de cuarto decidieron salir al desierto a cortar cactus a base de disparos. El primero fue un cactus pequeño, que cayó al primer disparo. Envalentonado por su éxito, la siguiente presa de Grundman fue un enorme cactus saguaro, de 7 metros de alto, probablemente de 100 años de edad. El disparo le sacó un gran pedazo, y el cactus cayó sobre él y lo mató.

Muerte por tapón de botella 
El dramaturgo norteamericano Tennessee Williams murió en 1983 luego de ahogarse con el tapón de una botella. Había estado bebiendo.

Muerte por ahogamiento en una fiesta de salvavidas 
En 1985, para celebrar su primer año sin tener que lamentar ningún ahogado, los salvavidas del departamento de recreación de Nueva Orléans decidieron hacer una fiesta. Cuando la fiesta terminó, un invitado de 31 años llamado Jerome Moody fue encontrado muerto en el fondo de la piscina del lugar.

Muerte sobre el escenario, contando un chiste 
Dick Shawn (1924-1987) fue un comediante que tuvo un ataque al corazón y murió durante una broma que pareció extrañamente apropiada: se estaba burlando de los políticos que en su campaña decían cliches como “No me voy a dormir en mi cargo”. Shawn entonces se tiró al piso, boca abajo. En un comienzo, el público pensó que eso era parte del show, hasta que un rato después un empleado del teatro subió al escenario, constató su pulso y empezó a darle los primeros auxilios. Llegaron los paramédicos, y al público se le pidió que se fuese a casa: Dick Shawn estaba muerto.

Muerte por golpe de panza 
El luchador profesional Mal “King Kong” Kirk murió por la enorme barriga de su colega Shirley “Big Daddy” Crabtree. En agosto de 1987, en los momentos finales de la pelea entre ambos, Crabtree desplegó su toma característica, la zambullida de panza. Kirk tuvo un ataque al corazón y murió sobre el ring. Crabtree fue exonerado cuando se descubrió que a Kirk le habían diagnosticado un problema cardíaco antes de la pelea. Sin embargo, Crabtree se culpó por la muerte de su adversario, y se retiró de la lucha profesional. Antes de la pelea, Kirk les dijo a sus amigos: “Si tengo que morir, quiero que sea sobre el ring”.

Muerte por imitación 
En 1991, una mujer tailandesa de 57 años llamada Yooket Paen estaba caminando por su granja cuando se resbaló en bosta de vaca, se agarró de un cable y se electrocutó hasta morir. Poco después de su funeral, su hermana Yooket les estaba mostrando a unos vecinos cómo había sido el accidente cuando ella también se resbaló, se agarró del mismo cable, y murió igual que su hermana.

Muerte por oveja 
En 1999, una mujer inglesa de 67 años, Betty Stoobs, llevaba un paquete de heno en la parte de atrás de su motocicleta para alimentar sus ovejas. Aparentemente, las ovejas estaban muy hambrientas. Cuarenta de ellas cargaron hacia el heno y tiraron a Stoobs por un acantilado. La granjera sobrevivió a la caída, pero murió cuando la moto cayó encima de ella, empujada también por las ovejas.

Muerte por bomba en collar 
En la tarde del 28 de agosto del 2003, el repartidor de pizza Brian Wells intentó robar un banco con una pistola. Cuando fue reducido por la policía, Wells reveló que había sido forzado a cometer el delito por unas personas a las que les había acabado de entregar una pizza: le habían puesto un collar con un explosivo ubicado en la nuca. De hecho, la bomba explotó antes de que el escuadrón antibomba pudiese desactivarla. Hasta el día de hoy, no queda claro si Wells fue una víctima, parte de una banda o un ladrón solitario.

Muerte por manta raya 
En el 2006, el experto en vida salvaje australiano Steve Irwin murió cuando la cola de una manta raya le atravesó el corazón mientras filmaba un documental.

Muerte por biblioteca 
Mariesa Weber fue denunciada como desaparecida por su familia durante casi dos semanas antes de que la encontrasen en su cuarto, debajo de una biblioteca. “Estuve durmiendo en su casa durante 11 días, buscándola”, le dijo su madre Connie Weber al St. Petersburg Times. “Y todo este tiempo ella estuvo en su cuarto.”