El cuento es conocido: después de una ruptura amorosa, ellas no dejan pasar cinco minutos antes de tomar el teléfono y, en medio del llanto, requerir los servicios de la mejor amiga, mientras ellos ya se divierten con sus amigos y comienzan a olvidar todo lo relacionado con su antigua pareja. Casi inevitablemente, el cliché del fin de una relación dicta que las mujeres sufren más que los hombres y que para éstos sería muy fácil continuar con su vida.
Nada más alejado de la realidad, por lo menos, en lo que respecta a los más jóvenes hoy en día. Porque una investigación realizada por sociólogos de las universidades estadounidenses De Wake Forest y Del Estado de Florida, luego de analizar las respuestas de mil hombres y mujeres solteros de entre 18 y 23 años, concluyó que de insensibles, nada: los hombres jóvenes sufren más que las mujeres tras una ruptura amorosa y este sentimiento suele sumirlos en la soledad y el aislamiento.
Es a partir de estos resultados que Robin W. Simon y Anne E. Barrett, los responsables del estudio, son capaces de decir que, como consecuencia del cambio de los patrones culturales, hoy hombres y mujeres se sitúan en igualdad de condiciones frente a los sinsabores de una ruptura sentimental: para todos son dolorosas y requieren apoyo y comprensión. Pero debido a los diferentes modos de relacionarse con la pareja y con su entorno más cercano, para los hombres resulta más difícil lidiar con este período en el que, además, enfrentan consecuencias más traumáticas, como el abuso de alcohol y drogas.
Diferentes preocupaciones
En esto hay que ser claros: no se trata de que hoy los hombres sean más sensibles que antes, sino de que ya no son víctimas del estereotipo del macho rudo y sin sentimientos de antaño, lo que les permite expresar aquellas debilidades que son parte de su forma de comunicarse afectivamente con los demás. Aunque no se crea, es precisamente el modo masculino de encarar las relaciones con las parejas y el entorno más íntimo el que hace que los hombres sufran más los costos de una ruptura sentimental.
Por ejemplo, para ellos es mucho más crucial contar con el apoyo y preocupación cotidianos de sus parejas, pues estos elementos se relacionan fuertemente con su autoestima, señalan Simon y Barrett.
Es de sus parejas de quienes reciben, mayoritariamente, los refuerzos positivos, y esto se debe a que los hombres construyen relaciones más superficiales con sus amigos, organizándolas en torno a temas de poca relevancia, lo que hace que no se sientan cómodos compartiendo la tristeza o la nostalgia y terminen por sentirse solos cuando enfrentan una situación dolorosa. Además, los hombres, en comparación con las mujeres, frecuentan a menos personas, lo que limita su red social, que, en el caso de sus parejas, está poblada de familiares y amigos cercanos, a los que recurren cuando necesitan apoyo y compañía.
Con esta idea concuerda la sicóloga Susana Ifland, terapeuta de parejas y vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Sicología Clínica. La especialista asegura que uno de los aspectos que más influye en la melancolía de los hombres tras la ruptura, es tener que enfrentarse a la tarea de recomponer su mundo social.
"Los hombres no saben cómo relacionarse por sí mismos, pues cuando están en una relación, se acostumbran a salir en pareja y a compartir mucho tiempo con su polola o con la familia de ella", señala Ifland. En general, agrega la sicóloga, son las mujeres las que llevan a los hombres a círculos sociales más amplios, pues "son ellas las que planean lo que se va a hacer el fin de semana o con quién se va a compartir. Para los hombres, en cuanto a lo social, las mujeres sirven mucho como comodín, pues son ellas las que los llevan a la conversación con otras personas".
Una investigación de la sicóloga de la U. de Albany, Caroline Mosher, confirma este rasgo, al señalar que los hombres están más dispuestos que las mujeres a sacrificar su vida profesional o laboral por una relación de pareja, ya que en ella encuentran el apoyo emocional que necesitan y que no logran en sus relaciones de amistad con personas del mismo sexo.
No saber estar solos
Es por todo lo anterior que uno de los pocos estereotipos capaz de sobrevivir a la investigación estadounidense es el que asegura que, tras la ruptura, los hombres consiguen más rápido una nueva pareja.
Según Susana Ifland, para los hombres es tan desconcertante el sentimiento de soledad en el que los sume no contar con redes sociales de apoyo, que buscan, lo más rápido posible, recuperar lo que perdieron. Los hombres tienden a emparejarse muy pronto porque lo necesitan y porque para ellos la elección no es muy compleja. Después de todo, la mayoría de las veces -dice el estudio- sus expectativas no radican en encontrar a una persona especial, sino a una que sustituya a la pareja anterior y llene ese vacío. "Cualquier mujer a la que puedan invitar a salir o con la que puedan pasar el tiempo es buena para ellos en ese momento", asegura la especialista.
Y hasta que la encuentren, los hombres están más predispuestos a refugiarse en el abuso de drogas y alcohol, una tendencia que, en general, disminuye cuando están en pareja, lo que habla del control de una relación afectiva sobre este comportamiento problemático.
En las siguientes fotografías vemos a un grupo de hombres que cayeron victimas del flagelo del desamor.