miércoles, 4 de mayo de 2011

Aquellos días en Venezuela: Robot Gigante


Todos los que tengan algún conocimiento sobre el género de la ciencia ficción japonesa, advierten que cuando un OVNI se estrella en el mar cerca de Tokio, las posibilidades de que un monstruo gigante ataque la ciudad son bastante buenas. ¿O quizás deberíamos llamarlo intuición?

También es claro que si uno advierte cerca de ese monstruo alguna instalación super secreta pero expuesta a medio mundo, y controlada por una banda de elementos de comportamiento y aptitud sospecha, ¿Debemos suponer que esos personajes son villanos? Ahora, esta pregunta nos plantea otra gran interrogante: ¿cuál es la manera más fácil de decidir si una pandilla es malvada? Bueno, si la pandilla tiene calaveras grabadas en sus uniformes se puede decir que es una buena indicación de maldad. Otra buena señal es si los integrantes de la pandilla culminan cada frase con una carcajada medio loca. En conclusión: carcajadas locas + calaveras = pandilla malvada. Obvio ¿no?

Ahora bien, logicamente requerimos de un carajito prodigio medio empavao que este en el lugar y la hora equivocadas en todo este peo, claro al chamito le llegará a sus manos un reloj con el cual hablar y controlar un gigantesco robot, como si se tratase de una muñeco Max Steel pero versión Godzilliana.

Estos son los elementos fundamentales de esta serie, se transmitió en 1978, ahí si rodé no recuerdo en que canal aca en Venezuela se transmitió.

Robot Gigante fue ideado en 1966 por el cartonista Mitsuru Yokoyama, el mismo creador del Hombre de Acero. Sus creaciones compartían muchas semejanzas, ambos eran robots manejados por niños prodigios, podían volar por medio de cohetes en las espaldas y tenían diseños inspirados en guerreros antiguos (mientras la cresta del Hombre de Acero parecía asemejarse a un guerrero troyano o a un gladiador romano, el Robot Gigante tenía las características de una esfinge egipcia)... El Robot podía volar y lanzar rayos de sus ojos, aunque su arma preferida eran unos misiles que salían disparados de sus dedos (el robot siempre posaba antes de disparar los misiles, como si estuviera bailando Macarena en plena batalla)..."